No gasoductos claman desde Casa Pueblo a Josué Colón
El reconocido ambientalista Arturo Massol, advierte el peligro de la política que quieren imponer al construir gasoductos por todo el país que propone el zar de energía Josué Colón
No más gasoductos ni forzar al uso de gas metano del país en vez de promover fuentes de energía renovables. Esa, en esencia es la respuesta del reconocido ambientalista Arturo Massol Deyá, ante la insistencia del zar de la energía Josué colón Ortiz sobre construir nuevos gasoductos.
“Nos quieren forzar la gasificación, no hay compromiso alguno con invertir en fuentes renovables y todo es una mentira como cuando le llamaron Vía Verde a aquel gasoducto que la gente bautizó como el tubo de la muerte”, sostuvo Massol Deyá.
Para el director ejecutivo de Casa Pueblo, organización comunitaria que ha dado cátedra ante el mundo del potencial del desarrollo con energía renovable, el gobierno expone al pueblo al peligro de los gasoductos en vez de buscar fuentes alternas de energía.
“En lo único que se puede estar de acuerdo con el Zar del Gas, Josué Colón, es en la peligrosidad que se le ha ocultado al país en el manejo del gas metano, llamado gas natural para tratar de asociarlo a fuentes limpias cuando no lo es. Lo demás es pura demagogia de vendedor inescrupuloso”, expresó.
Manifestó que es cierto que existe un riesgo de explosión en los camiones de acarreo de gas que circulan por las carreteras del país. No obstante, ese riesgo también está latente cada vez que entran por la bahía de San Juan barcazas que transportan gas metano en estado líquido, con un volumen mucho mayor al de un camión. “¿Por qué Josué Colón no denuncia ese riesgo recurrente a las comunidades de Cataño y el Viejo San Juan?”, cuestionó Massol Deyá.
“A diferencia de un riesgo intermitente como el que supone el paso de un camión, en un gasoducto el riesgo es fijo y permanente. Ese gas está ahí dentro a altas presiones, con riesgo de explosividad. En Estados Unidos y en el mundo se reportan explosiones con ondas expansivas que se extienden por millas”, agregó.
Casa Pueblo es un proyecto de autogestión comunitaria basado en Adjuntas, que desde el 1980 lucha por proteger los recursos naturales y culturales de esa zona. La organización se fundó para combatir los intentos del gobierno de promover la explotación minera que hubieran provocado una catástrofe ecológica no sólo en Adjuntas, sino en otros municipios como Utuado, Lares y Jayuya.
Luego del paso del huracán María, Casa Pueblo sentó la pauta y ha dictado cátedra en todo el Caribe sobre la autogestión comunitaria para promover el uso de energía renovable. En Adjuntas instalaron cientos de módulos fotovoltaicos para producir la energía en el lugar de consumo. Con la ayuda de voluntarios y donaciones externas, muchos proyectos en el pueblo se han independizado de la energía eléctrica tradicional o del gas, con el sol.
“La transición energética que nos urge en Puerto Rico no necesita del gas. Podemos ir directo a fuentes renovables como el sol, que da seguridad energética y salva vidas en Adjuntas, como aquellas personas que toman tratamiento de diálisis en sus hogares, que están encamadas o dependen del uso de oxígeno para su subsistencia”, dijo Massol Deyá.
“Este país ha sido claro y contundente en su rechazo a los gasoductos, no solo por su peligrosidad, sino por los daños que ocasiona al medioambiente, a las comunidades por la corrupción que esconden, y por la deuda añadida que supone. Estas expresiones de Josué Colón son una provocación a un país que ya está educado sobre este tema”, añade.