Hoy se decide la vida de octogenaria
A las 9 en el Tribunal de Fajardo será la vista para determinar si anciana de 80 años es culpable de amenazar a su nieta con un machete; la misma nieta que se quedó adueñó y vive en su propiedad.
El viernes sacaron a la anciana de la cárcel y la movieron a un hogar, pero hoy enfrenta una vista en el Tribunal de Fajardo para determinar si sale o no culpable de amenazar con un machete a su nieta, la misma que se quedó con su propiedad y al día de hoy rehúsa salir de allí a pesar de que contra ella pasa una orden de desahucio del tribunal. Se trata de un caso que En Blanco y Negro con Sandra ha estado cubriendo consistentemente en los días de fiesta por la temporada navideña, y en el que se evidencia el maltrato que las instituciones les dan a los viejos en Puerto Rico.
Doña María Parilla Álamo, de 80 años, fue acusada por su nieta Sol Rivera Álamo, de 35 años, de amenazarla con un machete en su residencia en un barrio de Río Grande. Al no poder pagar la fianza de $20,000, el juez Orlando Puldón ordenó que la encarcelaran en la Regional de Bayamón.
La abuela pasó encerrada y aislada la Nochebuena, Navidad, Despedida de Año, Víspera de Reyes, Día de Reyes, y luego de que grupos comunitarios se activaran y denunciaron en este medio el caso, finalmente fue movida a un hogar de ancianos. Mientras todo eso pasaba, la nieta se quedó disfrutando de la casa de su abuela, a pesar de que tiene una orden de desahucio desde el 1ro de diciembre.
Este caso fue denunciado a este medio por la Organización Pro-Derechos de Nuestros Ancianos (OPA). Su portavoz, Noemí Rodríguez, estuvo por semanas buscando cómo ayudar a la octogenaria.
“La luz de la justicia brilla para quienes caminan en la verdad”, dijo Rodríguez, quien aseguró que las imputaciones de la nieta no han sido probadas hasta el momento y que la anciana las niega rotundamente.
“Ella tenía una demanda de desahucio contra esa nieta y el tribunal le había ordenado que desalojara la casa tres semanas antes, pero entonces la nieta acusó a su abuela de intentar agredirla con un machete”, dijo Rodríguez.
La activista de OPA dijo que no emitiría declaraciones adicionales hasta tanto no se dilucide el caso para no afectarlo. Tampoco quiso confirmar ni negar informaciones recibidas en este medio en torno a que todo fue una trampa.
Fuentes cercanas a la investigación alegan que la abuela estaba en el patio de su casa cortando plantas, y que la nieta le pidió que levantara el machete para tomarle una foto. La abuela accedió. Con esa misma foto fue que Rivera Álamo entonces acudió al tribunal a acusar a su abuela de amenaza.
Este caso expone la manera en que el sistema atiende casos de familia, el abandono de los envejecientes y la inacción del gobierno ante a crisis social que se vive, pero la situación de esa familia de Rio Grande no es nueva. Tampoco es desconocida.
En el verano, personal del Departamento de la Familia acudió a la residencia de Parrilla Álamo en el barrio Los Dolores en Río Grande. Es una casa de dos pisos, grande y hecha en cemento, con un amplio patio en una zona rural.
Entre las cosas que Rodríguez corroboró está el hecho de que funcionarios del Departamento de la Familia visitaron el hogar de la envejeciente en el verano, tras una pesquisa que había iniciado con una querella en la Policía Municipal de Río Grande. No encontraron nada.
“Eso fue porque unos policías municipales encontraron a la señora llorando. Cuando le preguntan, ella dice que la nieta no se quería ir de su casa y que ella le tenía miedo a la nieta”, dijo Rodríguez.
Parrilla Álamo con 80 años, manejaba su carro, y escoltada por los policías, llegaron hasta su casa, pero en aquel momento la nieta no llegó. Posteriormente la nieta llega y le dijo que no sabía nada y que su abuela tenía problemas de salud mental. La Policía refirió el caso a Familia, pero los funcionarios de esa agencia no encontraron nada y cerraron el caso.
Otro elemento en el drama familiar es que Parrilla Álamo tiene una hija que está presa por haber intentado quemar vivo a un vecino. Esa hija es la madre de Rivera Álamo, quien permanecía en la casa de la abuela. “Yo le pregunté a la nieta si la señora tiene más familiares por qué nadie sale, ella me dijo que es porque quizás todos quieren quedarse con su casa”, dijo Rodríguez.
Hoy será la vista ante el juez Puldón en Fajardo. La octogenaria es representada por el Lic. Francisco J. Esquilín (RUA 22767) de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL). No ha sido posible una reacción del abogado.
“Si la abuela hubiera permanecido en la cárcel, hoy llegaría encadenada y vulnerable al Tribunal”, dijo Rodríguez.
En una entrevista la semana, Rodríguez dijo que la octogenaria vive en un campo, donde es normal que tengan machetes para atender sus plantas. “Hay qué ver qué pasó en esos hechos y si está presa injustamente por un abuso. Por eso vamos a seguir empujando para que se acabe esta indiferencia con los viejitos”, sostuvo.