Gerontocracia USA: ¿Por qué hay tantos políticos viejos?
Personas de edad avanzada como Joe Biden y Donald Trump controlan la política en los Estados Unidos. ¿Qué significa eso para la nación americana? ¿Afecta en algo la edad?¿Por qué ocurre este fenómeno?
Ayer jueves la primera dama de los Estados Unidos, Jill Biden, salió en defensa del presidente Joe Biden ante las críticas por la ancianidad de su marido. Para los críticos y dudosos que insisten en preguntar si se debe o no retirar, cada vez que tropieza o cuando se queda en blanco, ella dijo que la edad del presidente es un “elemento valioso”. Biden tiene 81 años y ya es el presidente más viejo en la historia de la nación norteamericana.
“Tiene sabiduría. Tiene experiencia. Conoce a todos los dirigentes del escenario mundial. Ha vivido la historia. Sabe de historia. Es reflexivo para tomar decisiones. Es el hombre indicado o la persona correcta para el puesto en este momento de la historia”, dijo la primera dama en defensa de su marido durante una entrevista que salió en el programa “Morning Joe” de la cadena MSNBC.
Biden no es el único viejo. Su principal rival, Donald Trump, tiene 77 años. Comparemos esto con sus predecesores. Barack Obama tiene ahora 62 años, pero cuando llegó a la Casa Blanca en el 2009 tenía 44 años. Su predecesor, George W. Bush, tenía 54 años cuando llegó como presidente a la Casa Blanca en el 2001. Biden es el primer octogenario en la Oficina Oval.
Es obvio que en la sociedad actual donde hay un culto por la juventud, se rechaza la vejez. Esa negación para aceptar que todos envejecemos se ve en el abandono a los mayores, el maltrato y las burlas. Ese tipo de discrimen se conoce como edadismo y es una realidad fáctica indiscutible que según varios estudios, es algo que les preocupa a los electores y tendrá un impacto en las elecciones de noviembre. Esto es porque el gobierno, los tribunales, y la política en los Estados Unidos son controlados por viejos.
LA GERONTOCRACIA AMERICANA
Según la Oficina del Censo, la edad promedio en Estados Unidos es 38.9 años. Pero eso varía en la política. La edad promedio en la Cámara de Representantes federal es de 58 años y en el Senado federal es de 64. Por eso se puede decir que el gobierno estadounidense lo controlan los viejos. Es una gerontocracia, o un gobierno donde el poder le pertenece a los ancianos.
La revista Teen Vogue, publicó recientemente un artículo explicando la palabra a los votantes más jóvenes, define el término como "gobierno de los mayores". Las gerontocracias son más comunes entre líderes religiosos como el Vaticano o los ayatolás en Irán. También eran comunes en los comités gobernantes comunistas como el Politburó soviético durante la Guerra Fría. En las democracias, los líderes de edad avanzada son menos comunes, según ese reportaje.
Además de la Casa Blanca y de las cámaras legislativas, la gerontocracia estadounidense es una tendencia bipartidista. El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, demócrata, tiene 72 años, y el líder de la minoría, Mitch McConnell, republicano, tiene 81. El senador republicano Chuck Grassley acaba de ser reelegido y tiene 90 años, sin planes de jubilarse. El senador independiente Bernie Sanders tiene 81 años y no ha mencionado en absoluto la jubilación.
En la Cámara, la demócrata de California y expresidenta Nancy Pelosi, de 83 años, acaba de anunciar que se postulará para la reelección para su decimonoveno mandato completo. Bill Pascrell Jr., demócrata de Nueva Jersey, y Eleanor Holmes Norton, demócrata que actúa como delegada sin derecho a voto de Washington, D.C., tienen 86 años. El republicano de Kentucky Harold Rogers y la demócrata de California Maxine Waters tienen 85 años. El demócrata de Maryland Steny Hoyer tiene 85 años.
El lunes de esta semana, el diario The Washington Post reportó que el representante Steny H. Hoyer, un titán de la política en Maryland y exlíder número 2 en la Cámara de Representantes, buscará el mandato número 23 en el Congreso. Hoyer, de 84 años, planea postularse para la reelección el martes, en un área profundamente demócrata que ha representado desde año 1981.
CAMBIO GENERACIONAL
El edadismo brota en el análisis político cuando algún funcionario demuestra debilidades típicas de la ancianidad. Pasó cuando Biden tropezó y cayó al suelo en una rueda de prensa, o como cuando Trump se quedó ido y parecía que había olvidado qué decir en un discurso en Iowa.
Quizás el caso más recordado fue el senador republicano Mitch McConnell, en medio de una conferencia de prensa. Parecía totalmente desorientado y tuvieron que suspenderla.
Nikki Haley, quien recientemente describió al Senado de Estados Unidos como "el asilo de ancianos más privilegiado de Estados Unidos", se postula para la nominación presidencial de los republicanos con una plataforma de cambio generacional. La embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas y exgobernadora de Carolina del Sur, quiere que se realicen "pruebas obligatorias de competencia mental" para los políticos mayores de 75 años.
El problema con esa propuesta, dicen los expertos médicos, es que no existen buenas pruebas de competencia mental. La gravedad de los estragos que la edad causa a un individuo varía mucho de persona a persona. Algunos se libran de muchos deterioros cognitivos hasta los 80 años y más.
La fenecida senadora Dianne Feinstein, quien murió a los 90 años y trabajando; el expresidente Donald Trump, 77; el presidente Joe Biden, 80; Sen. Mitch McConnell, 81; Sen. Mitt Romney, 76.
Los médicos se refieren a esas personas como "superenvejecidos". Un estudio de 2020 publicado en el Journal on Active Aging encontró que tanto Biden como Trump probablemente encajaban en esa categoría, que definió como "un subgrupo de personas que mantienen su funcionamiento físico y mental hasta la vejez y tienden a vivir más que el resto". persona promedio de su edad".
El año pasado, Trump declaró que la vida comienza a los 80 años. Pero en la misma publicación en las redes sociales, se burló de Biden por ser "uno de los 79 años más viejos de la historia".
¿Cómo esto impacta al pueblo y qué impacto tendrá en las elecciones? Eso está por verse, pero abundan los vídeos y memes cada vez que Biden se desorienta, tropieza o se cae.
LO QUE DICEN LAS ENCUESTAS
En agosto del 2023 se publicó la encuesta de AP-NORC que reveló que el 77% de los encuestados cree que Biden es demasiado viejo para cumplir efectivamente otro mandato. Para Trump, esa cifra es del 51%. Un hallazgo es preocupante para la campaña del presidente es que las palabras que la gente más asocia con él son "viejo", "anticuado", "envejecido" y "anciano".
Tres cuartas partes del público encuestado opinó que Biden es demasiado mayor para cumplir otro mandato, incluido el 69% de los demócratas. Aunque Trump es sólo tres años menor que Biden, sólo alrededor de la mitad de los adultos están de acuerdo en que es demasiado viejo para cumplir efectivamente otro mandato. Si bien una gran parte de los demócratas piensa que Trump es demasiado mayor, muchos menos republicanos piensan así.
Una encuesta de la Universidad de Monmouth realizada en octubre de 2023 mostró que aproximadamente tres cuartas partes de los votantes piensan que Biden es demasiado viejo para ocupar un cargo, y casi la mitad de los votantes piensa que Trump es demasiado mayor para ocupar el cargo. Biden y Trump tienen más de una década y media por encima de la edad promedio de jubilación en los Estados Unidos.
Trump y Biden son dos de los tres hombres de mayor edad que jamás hayan ocupado el cargo de presidente. Por 140 años el récord lo tenía el presidente William Henry Harrison quien asumió el cargo cuando tenía 68 años para el 1841. Ese récord lo rompió Ronald Reagan que tenía 69 años cuando inició como presidente en el 1981.
Cuando Reagan dejó el cargo a los 77 años, era la persona de mayor edad en haber ocupado el cargo de presidente. Trump dejó el cargo a los 74 años, lo que lo convierte en el tercero de mayor edad en ocupar el cargo, detrás de Reagan y Biden.
ALZHEIMER Y OTROS
El año pasado la prensa americana reportó que un farmacéutico local en Capitol Hill fue noticia cuando reveló que estaba surtiendo recetas de medicamentos para el Alzheimer para miembros del Congreso. Cada uno de los 20 miembros más antiguos del Congreso tiene al menos 80 años, y esta es la tercera Cámara y Senado más antiguos desde 1789.
Las pregunta que uno se tiene que hacer es ¿por qué esto pasa? ¿Hay otra gente controlando y gobernando de verdad, detrás de esas figuras mayores? ¿Es por mezquindad o es ambición de poder? ¿Es miedo a morir o es que sienten que se merecen el puesto de manera vitalicia, hasta que mueran? Eso fue lo que le pasó a la legendaria senadora Dianne Feinstein se quedó en el puesto hasta que murió de 90 años. La jueza del Tribunal Supremo Ruith Bader Ginsburg no se retiró, sino que se quedó en el puesto hasta su muerte a los 87 años.
¿Se quedan en el puesto por ego, porque piensan que son los únicos que pueden hacer el trabajo? ¿O será porque el poder les nubla la razón y la terquedad les impide ser generosos en el pase de batón a las nuevas generaciones? Desconozco las razones, pero lo cierto es que esto es un reflejo de la sociedad americana.
El Artículo 2 de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica establece que los presientes deben tener al menos 35 años al momento de asumir el cargo. El presidente más joven fue Theodore Roosevelt, quien, a los 42 años, asumió el cargo tras el asesinato de William McKinley. El más joven en el momento de su elección para el cargo era John F. Kennedy, a los 43 años. Biden es el más viejo electo a los 77, como cumplió años entre las elecciones y la toma de posesión, llegó de 78 al cargo.
Kennedy fue el presidente más joven al final de su mandato, asesinado cuando tenía 46 años. El presidente que terminó más viejo fue Reagan con 77 años, pero eso cambiará este año con Biden quien tiene 81 años.
(NOTA: Una versión parecida a esta fue publicada en adelanto el martes en esta plataforma de Substack, pero sólo para sus suscriptores que apoyan económicamente nuedtro trabajo)
Mentes ancladas en la vejez y el pasado no pueden crear un buen futuro. Estados Unidos no es ni la mitad de lo que era en el siglo 20.