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Escribe a líder feminista Katherine Angueira de una fecha imposible de borrar y de combatir el horror que pocas feministas entienden (Por invitación)
Alrededor del mundo, hoy es un día de resistencia. Hoy es un día de protesta.
Para mí es un día de sobrevivencia. Hoy se marca 45 años en que, siendo activista del Centro de Ayuda a Víctimas de Violación, fui secuestrada y violada por una manada de tres hombres. Hoy es un día que marcó mi vida, trazando mi camino para dar la lucha por mantenerme viva contra todos los designios de la crudeza de la violencia sexual en los extremos de la imposición del sexismo para degradar y violentarme la dignidad.
Para mí no es un juego de palabras. Para mí no es un debate teórico. Para mí se me hizo evidente la ignorancia y falta de conciencia de parte de quienes son incapaces de entender lo que es sobrevivir en carne propia, no solo haber sido violada repetidamente por tres asquerosos animales que no tengo porque perdonarles jamás la forma burda de deshumanizarme, sino la revictimización socio-política de parte de quienes se piensan dioses para pensarse q hay que darle una segunda oportunidad de reinsertarse a la sociedad a seres que no tienen un ápice de humanidad, y reinciden.
Por décadas me entregué en cuerpo y alma a abrir camino pautando gran parte de la política pública existente en Puerto Rico, que establecen los derechos de las víctimas sobrevivientes de delitos de violencia contra la persona.
No daré mi brazo a torcer por parte de la retahíla de inept@s e inconscientes polític@s oportunistas, pescadores de votos de presos, que de un plumazo deshacen tranquillas para exponer a las víctimas a tener que vivir en un estado de sitio, escondiéndose de sus victimarios que no se rehabilitan, por más que muchos quisieran pensar lo contrario. Todos, sí todos los partidos políticos son iguales en su busconería de votos de asesinos, secuestradores, y violadores.
La vida me puso a prueba para mostrar mi fortaleza contra tanta maldad y falta de conciencia de quienes se piensan que están por encima de una, porque nunca han tenido que luchar de frente con la posibilidad que una manada de violadores, además te arranquen la vida en la soledad de un cañaveral y te dejen tirada desnuda, como basura para que alguien encuentre tu cuerpo descompuesto.
Quienes no han sobrevivido en carne propia estas experiencias extremas de tortura deben guardar silencio con sus opiniones subjetivas religiosas disfrazadas de mal llamada “justicia” tornándose verdugos como instrumentos de revictimización.
Katherine Angueira
#8marzo2023
Excelente! Me solidarizo con usted y mi admiración por su entereza y valentía de no claudicar Gracias por luchar por los derechos de la mujer.